sábado, 23 de marzo de 2013

Empobrece el suelo quemar la caña de azúcar

Elmer Leroy

La erosión del suelo por quema de caña de azúcar en las zonas abastecedoras de los ingenios azucareros  en  Veracruz se ha convertido en uno de los problemas ambientales que requiere de una atención inmediata.


Sin embargo la superficie utilizada para el cultivo de la gramínea se encuentra empobrecida por el uso de viejas prácticas agrícolas que no cumplen con la Norma Oficial Mexicana NOM-015-SEMARNAT/SAGARPA-2007, que regula el uso del fuego en dicha actividad.

Las Leyes que regulan la producción cañera en nuestro país no son aplicadas para  evitar la degradación del suelo, como lo señala el artículo  35 del Reglamento de la Ley de desarrollo sustentable de la caña  que establece una serie de actividades que debería llevar a cabo el  Sistema Nacional de Lucha contra la Desertificación y la Degradación de los Recursos Naturales (SINADES).

Las consecuencias de este fenómeno incluyen una disminución de la productividad agrícola, la migración, la inseguridad alimentara, los daños a recursos y ecosistemas básicos, y la pérdida de biodiversidad debido a cambios en los hábitat tanto a nivel de las especies como a nivel genético (FAO 2008)

El empobrecimiento del suelo es el espejo de un México sumido en la miseria sobre todo en el medio rural, por la descapitalización que este problema ocasiona, ya que 8 de cada 10 familias del campo son pobres (Ma. Concepción Ceja Mena, economía informa, 2008).

El costo de la pérdida de suelo ocasionado por la erosión se ubica en el rango de  16.2 dolares a 32.4 dolares/ha,  mientras que el costo de reemplazo de los nutrientes perdidos asciende a 22.1 dolares/ha.  (Helena Cotler, Carlos Andrés López, Sergio Martínez-Trinidad, 2011).

Geovanni Jiménez Bustos asesor de las comisiones de asuntos indígenas, ganadería,  y derechos humanos de la cámara de diputados aseguró que la degradación del suelo en nuestro país es un problema grave que pone en riesgo nuestra soberanía alimentaria.

Expresó  que el uso de monocultivos como el de la caña  ha empobrecido el suelo y de paso a las familias que dependen de él, por el bajo rendimiento que obtienen en cada cosecha.

“Lo que pasa es que al cambiar las condiciones del suelo disminuye la productividad  y por lo tanto bajan los ingresos”, explicó Geovanni Jiménez Bustos.

Jiménez Bustos quien es coordinador de la Maestría en gestión financiera para el desarrollo rural,   reflexionó sobre la situación que enfrentan estos agricultores  a largo plazo.

Destacó que producir una sola cosa  y no poder comerla limita el desarrollo de las familias, frena su capacidad de producción y cambian su forma de vida orillándolas a buscar  otras alternativas para obtener ingresos.

“Cuando el suelo se agota y la gente no puede mantener más un cultivo como el de la caña, lo único que les queda es buscarle por otro lado, arriesgándose a obtener bajos salarios porque su mano de obra no sabe hacer otra cosa”, precisó el asesor.
    
La cosecha tradicional de la caña es un proceso que daña el suelo tal como lo demuestra un estudio realizado durante 27 años por los investigadores J. A. Cabrera y R. Zuaznábar en la isla de Cuba publicado en el año 2010.

Ambos comprobaron que cuando se fomenta un agro sistema cañero después de la remoción de un área boscosa, el suelo tiene un contenido de materia orgánica  entre 6 y 10%.

Posteriormente comienza una disminución que oscila entre 3 y 4% en condiciones de cultivo manual sin el uso de la quema para cosechar la gramínea.

Al implementar la quema para la realizar la cosecha y el uso excesivo del laboreo  provoca  efectos adversos que ocasionan la disminución del Carbono orgánico del suelo y su emisión hacia la atmósfera precisaron.
  
La quema antes de la cosecha y la requema de los residuos para la eliminación de la cobertura vegetal, el control de malezas, la disminución de material seco  son utilizados para reducir costos y eliminar los residuos sobrantes para acelerar la preparación del suelo y la replantación.

Son acciones que ocasionan la destrucción de esa materia orgánica y pérdida de la estructura del suelo por un mayor desecamiento y erosión, especialmente en tierras con pendientes expresaron.

En nuestro país la SAGARPA con el apoyo del Colegio de postgraduados durante el 2009 elaboro un estudio denominado “Desarrollo de un Modelo Integral de Sistema de Información Geográfica y Edáfica como fundamento de la Agricultura de Precisión en la caña de azúcar para México. Etapa II”.

En el cual se destaca la necesidad que tienen los productores de  llevar a cabo un buen manejo de este cultivo en el que incluyan fertilizantes orgánicos para conservar el suelo.

Veracruz es uno de los estados objeto del estudio realizado en las zonas de abastecimiento de los  ingenios que se ubican en la entidad donde el resultado se encuentra relacionado con lo que diversos investigadores han manifestado.

Dicho documento expresa que “un  factor decisivo para la conservación del suelo es el mantenimiento de sus reservas orgánicas, puesto que éstas al asociarse con los coloides inorgánicos (arcillas) forman agregados que le confieren al terreno una serie de condiciones que propician una mayor productividad, como mejorando su capacidad de almacenamiento de agua, resistencia contra el proceso erosivo, facilitar la infiltración de los excesos de agua, entre otros factores”.
                
Lamentablemente el escenario es preocupante dado que el estudio manifiesta que el cien por ciento de los agricultores no utiliza enmiendas de tipo orgánico en el  terreno agrícola lo que no permite su recuperación.

Una forma de mejorar las condiciones físicas del terreno como las comentadas en los párrafos anteriores, es a través de la aplicación de un labrado profundo (mayor a 50 cm) y adición de abonos orgánicos.
                
Otro referente sobre la degradación del suelo se encuentra en el resumen 2009, “El medio ambiente en México“, que edita la SEMARNAT, donde para efecto de este artículo nos apegamos a lo relacionado con la degradación  química  del suelo, ya que  esta reduce su fertilidad  y  presenta un dominio en todo el país con el 92.7% de la superficie agropecuaria.

En el caso de Veracruz  2, 120, 170 hectáreas de suelo sufren degradación química,  las causas que la ocasionan se deben a una amplia gama de actividades agrícolas e industriales.
                
Entre las que se encuentran: los derrames de hidrocarburos, la aplicación excesiva de fertilizantes y pesticidas, el mal manejo de materiales, residuos peligrosos, y residuos sólidos urbanos.

Los expertos recomiendan el uso de fertilizantes orgánicos para contrarrestar este mal, así como el corte de la caña sin la incineración de la hoja seca, la cual puede ser utilizada para la elaboración de composta una vez levantada la cosecha.