Elmer Leroy
Las últimas reformas que se han aprobado en nuestro país no han sido la solución a los problemas que enfrentamos los mexicanos tal como lo anuncian presidentes y congresos en turno al momento de llevar a cabo tal acción, sin embargo estas modificaciones que se hacen a las leyes y reglamentos fiscales han ocasionado un fuerte descontento social en la población, y una serie de beneficios para quienes nos gobiernan (Políticos y Empresarios). Mientras que la clase con menores ingresos termina siendo objeto de un sometimiento por el cual no recibe ni la más mínima retribución.
En el caso del incremento al Impuesto al Valor Agregado, en alimentos y medicinas como lo vienen vaticinando desde hace tiempo los medios, no es más que una nueva imposición hacia la clase con menos ingresos.
Las grandes empresas tienen toda oportunidad de deducir sus gastos, pero con el apoyo de Leyes y reglamentos fiscales pueden acreditar el IVA que pagan para devolverle a la Secretaría de Hacienda lo menos posible recaudado en sus operaciones.
Es decir una ama de casa o un empleado que compra un refresco o un producto enlatado al menudeo que tiene incluido en su precio el IVA y el Impuesto Sobre Producción (ISPT), no va a pedir una factura al centro comercial o establecimiento donde adquiere el artículo adquirido, por dos razones la primera porque no esta dado de alta ante Hacienda y la segunda porque no tiene la posibilidad de contratar los servicios de un contador para que le lleve el control de sus operaciones. En pocas palabras son agentes potenciales en el esquema recaudador de nuestras leyes fiscales.
Los mexicanos que no tributamos ante hacienda y que somos mayoría nos vemos obligados como esclavos a contribuir sin tener posibilidad a deducir nuestros gastos o acreditar el IVA que pagamos como ocurre con los grandes emporios económicos que hacen hasta lo imposible por pagar menos impuestos, y en casos como el de TELEVISA no pagar , como ocurrió al arranque de este sexenio donde le fueron condonados varios millones de pesos, es ahí cuando nos damos cuenta que las reformas fiscales que se aprueban en nuestros país solo benefician a unos cuantos y someten a las mayorías.
Sería fundamental que en esta reforma se obligará a todo ciudadano contar con una tarjeta fiscal con la cual registre todos sus gastos para que al cierre de cada ejercicio a la hora de hacer el cálculo final de los impuestos que tienen que pagar tenga las mismas posibilidades que estas empresas que en muchos casos las ventas no facturadas son las que no reporta ante el fisco y pasan a formar parte de sus utilidades de manera directa. Aquí lo interesante sería que la SHCP elabore un mecanismo fiscalizado más eficiente y equitativo donde pague más impuesto el que más gana y no lo que ocurre actualmente con los que menos ingresos obtiene
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